Podemos recurrir a estas soluciones cuando prevemos que no podremos realizar el pago o bien cuando ya nos hemos atrasado en el pago de nuestras deudas ya que una es más limitada que la otra. Tanto la reestructuración como la renegociación suponen la evaluación junto con la entidad bancaria de las condiciones que tenemos acordadas para el crédito en cuestión para ponernos al día y seguir adelante con el pago de las mensualidades.
La renegociación consiste en la solicitud de la modificación de las condiciones de crédito pactadas inicialmente a la entidad financiera por parte del titular del préstamo. La principal ventaja de la renegociación es que es posible solicitarla cuando ya tenemos pagos atrasados pero en este caso, debemos tener en cuenta que esta solo se puede solicitar cuando la demora de pago no supera los dos meses.
Otro punto a favor es que en caso de conseguir el acuerdo con la entidad financiera con la que tenemos el préstamo, nuestro historial crediticio no se verá afectado negativamente por esta modificación de condiciones.
Por otro lado, la reestructuración de la deuda es un acuerdo mediante el cual la entidad financiera toma todas las deudas del cliente y las unifica en una nueva obligación ajustando la tasa de interés y las condiciones de plazo.
Es fácil confundir este concepto con la renegociación cuando solo tienes una deuda pero la mayor diferencia la vemos en su procedimiento y que esta sí afectará negativamente a nuestro historial crediticio dado que el banco asigna al deudor una calificación de mayor riesgo.
La única manera que habría de no afectar a nuestro historial en este caso es aportar al banco unas mejores garantías sobre el nuevo préstamo, como por ejemplo, aportando un bien inmueble o un codeudor o avalista. Para este último concepto os recomendamos echar un vistazo a nuestros artículos “Dificultades para encontrar un aval bancario” y “Qué debes saber antes de avalar un préstamo”.
Principales motivos y cuándo solicitarlos
Solemos plantearnos la reestructuración de nuestras deudas o refinanciación cuando vemos cómo van creciendo nuestros créditos con las entidades financieras y con ello nuestras dificultades para hacerlos frente.
La refinanciación de una deuda suele estar motivada por el deseo de agrupar deudas contratando un préstamo nuevo que cancele todas las anteriores y realizar un único pago mensual. Otro motivo sería querer mejorar las condiciones del préstamo y esto lo podemos conseguir a través de la renegociación.
Los principales motivos por los que nos planteamos una renegociación o reestructuración en nuestras deudas son los siguientes:
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