Los expertos apuntan que esta contención se debe al escudo de protección aprobado por el Gobierno para paliar los efectos de la Covid en el tejido productivo. Ante esta situación, la Ley de la Segunda Oportunidad tiene el objetivo de facilitar el pago de las deudas a los afectados sin necesidad de perder el derecho al cobro.
Aunque el principal beneficio es aliviar la situación de quienes se encuentran ahogados por las deudas y no tengan capacidad económica para seguir adelante, no todo son ventajas. Hay que tener en cuenta que este proceso podría acabar con el beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho, aunque hasta un cierto límite así como requisitos para atenerse a ello.
En primer lugar, es imprescindible ser una persona física o autónomo, por lo que no es válido para empresas o personas jurídicas. Además, el beneficiario no puede haber disfrutado de esta normativa con anterioridad a los últimos 10 años.
Por otro lado, tampoco se aceptarán los casos en los que el importe total de la deuda supere los cinco millones de euros. Además, lo principal es que el deudor sea de buena fe y liquide previamente el patrimonio.
Además, tendrá que ser considerado no culpable en concurso, no haber sido condenado en sentencia firme por delitos económicos o sociales, que haya intentado un acuerdo extrajudicial de pagos y que haya satisfecho los créditos contra la masa y los privilegiados y al menos el 25% del importe de los créditos concursales ordinarios.
No pierdas la oportunidad de afrontar tu futuro con mayor optimismo. ¡A qué esperas!
